lunes, 12 de febrero de 2007

La luna (Jaime Sabines)

No soy experto en poesía, erudito en el tema o ferviente apasionado de las letras (nomás apasionado). A veces agrego poesías que me gustan para compartir, de la misma forma que regalaría un soberbio amanecer, quizá una espectacular vista o belleza regalada en el color de una flor. Las poesías que aquí adjunto son un regalo.


La luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas

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