lunes, 16 de febrero de 2009

DIablos

Me gusta pensar que tengo la facilidad de conocer a las personas rápidamente; creo son ciertos rasgos que noto, entrañados en simples gestos, acciones u omisiones de la gente.

Si tuviera que dividir a los humanos sin afán destripador, diría que hay simplemente personas que suman y hay quienes restan. Alguien enojado resta tranquilidad, un buen chiste bien contado contagia un buen momento. Obviamente no siempre somos sumadores o restadores, pero en este afán simplificador otorgaría (lean bien), la receta para trascender. El camino para llegar al cielo, alcanzar el nirvana o fundirnos con el todo, rodeando de confeti cual huevo marihuano la experiencia de haber vivido: Suma más y resta menos.

Seee filosofía barata, pero qué me importa, yo ya sumé al proponer.




(Diría que me puedo morir, pero aún tengo muchas restas que sumar)

jueves, 12 de febrero de 2009

Vialidad tapatía

Estoy trabajando en un proyecto de mejora de la vialidad en Guadalajara, proponiendo varias cosas y estudiando muchas otras, lo cual resulta hace más irónico lo que me pasó anoche, jaja...

Recuerdo que cuando fui a sacar la licencia de automovilista, regresé de Vialidad por Av. Patria, y en Acueducto me abordó un oficial de tránsito, diciendo: Felicidades, se nota que usted sí tiene cultura vial, puesto que está respetando el cruce peatonal, ojalá comparta los conocimientos con más personas, y me entregó un volante que aún guardo para su reproducción (para impulsar más campañas así)

Circulaba anoche en sentido norte-sur por 16 de Septiembre, cuando vi que un camión de los esencialmente tapatíos, bajando gente en doble carril, deteniéndose en paradas no autorizadas y cambiando desesperadamente de línea de circulación para reintegrarse a los 4 metros(...), fue rodeado por una veintena de estudiantes que hacían burla de la pericia del chofer y le agradecían el paso que permitía a los peatones. Me pareció medio buena idea, aunque un poco gastada, sumándole que no tenían nada de información visual, y en principio no se entendía para qué estaban ahí armados con sus herramientas escolares. Qué gente, pensé... Podrían hacerlo mejor

Unas cuadras más adelante, la persona que buscaba no apareció por las aceras de lópez cotilla, y di vuelta en la paz para después de tomar libertad, regresar a 16 de septiembre en sentido contrario al inicial. Finalmente encontré a quien buscaba y se subió de copiloto justamente en la luz roja de un semáforo. Al momento de pasar por la plaza de armas (y un "mucho" harto del tráfico), ubicado detrás de un camión ecológico (tb es ironía), noté que pasó el semáforo en la luz preventiva. Estando detrás de la estructura vacuna del camión de pasajeros no vi el semáforo y quedé justamente en medio de la zona peatonal; para no pasarme la luz roja me quedé en el centro, puesto que ya cruzaban la calle algunas personas. Jaja, unos 13 minutos más tarde, me encontraba en la misma situación que el primer camión que nombré líneas arriba. Resignado observé a la gente pasar tranquilamente sin que les molestara mi presencia. Agradecido por la fortuna de ambos, al no causar incomodidades, esperé la luz verde, hasta que los estudiantes citados me vieronnnnn....


(música de suspenso)


Una fotógrafa se acercó amenazadora, apuntándome con una Cámara Xti. La saludé con la mano izquierda. Me sentí alguien a quien querían captar in-fraganti, por lo que saludé al lente con la cara más inocente, y un gesto de "ni modo". Al momento una gordita reaccionaria se acercó y me dijo "Gracias, ¿eh?..." Impertinente, pensé... y le hablé: A ver, vennn! Dio un par de pasos hacia el alféizar automotriz de yo-piloto y le pregunté la función del espectáculo que montaron: "Es para hacer conciencia en la gente" -Ah bueno, bien hecho, le dije. Ojalá funcione.

Mhh... No me sorprendería encontrar mi fotografía en un periódico tipo "La Jornada", o algún blog "underground" con delirios de grandeza, jaja.

Lástima, jaja te distraes un momento y eres un cafre reconocido...

(finalmente fue mi error y lo acepto, jaja lo malo es q quedó constanciaaa)

martes, 10 de febrero de 2009

La pintura: Una experiencia enófila (Artículo para la revista Vinísfera)

Un pincel en el lienzo no tiene tiempo. Al contacto del pigmento con el sustrato, la electrizante sensación de trasladar las inquietudes, de traducir impulsos y sensaciones en formas gráficas es más que gratificante; la experiencia única de la creatividad aplicada te hace sentir único, creando un momento irrepetible a partir de una chispa generada en la inspiración que provoca el arte.

Cuando un escultor acaricia el mármol en donde visualiza su próxima obra, analizando el material en busca de la perfección artística, se da el inicio formal de una idea que, palpitante, recorrerá las montañas con la meta de conquistar el cielo de la trascendencia; y de la misma forma en que una pintura, una partitura cantando o un audiovisual, entre muchas otras expresiones humanas intrigantes o reconfortantes al ojo expectante, busca la seducción de exigentes corazones que con la pupila dilatada, mastican lenta y devotamente el espíritu del arte, plasmado ya como un grito o sugerente susurro en el ambiente bohemio que otorga esta industria.

Propicio para el deleite y como compañero – viejo conocido –, el vino en maridaje con el arte, le resta al caminante una mano que pasea con corte ahora elegante; otorgando en cambio sensaciones que agregan al de por sí agradable entorno, envuelto en misticismo, un elocuente diálogo, sutil e interesante, que al recorrer la galería amplifica el encanto y vincula el movimiento de las musas en el camino trazado por el artista, completando el cuadro concebido cual círculo de calidad, en donde la cepa creada por el autor, cultivada y cosechada por sus conocimientos técnicos florecientes, habita en una degustación que aireada previamente y con la temperatura en su justo punto, explota en un cúmulo de sensaciones que en conjunción encuentran la perfección, meta inicial del autor de la creación.

Resulta curioso afirmar que con una buena copa de vino, se cierra el círculo creativo iniciado por el pintor, pues pudiera parecer una afirmación soñadora o aventurada; quizá incluso como ardid pro-vitivinícola, pero es irrefutable la aseveración de que la degustación de un buen vino, refina la experiencia, ya sea musical o de cualquier otra forma de apreciación artística, colaborando en la detonación de un caudal de emociones provocadas por la sociedad conformada por los ingredientes anteriormente citados, que si bien por sí mismos son auto dependientes, conceden un matiz especial enlazados en un discreto pero no por eso menos chispeante encuentro.

El vino no es sólo inspiración y compañía en el disfrute del arte, sino protagonista y coestelar. Se dice que Salvador Dalí roció su pintura “La persistencia de la memoria” con vino tinto una vez terminada. Tomando en cuenta el designio del néctar artesanalmente procesado, a primera impresión pudiera parecer un desperdicio pintar con esta bebida, pero tomando en cuenta el entorno actual, donde se considera una fotografía con centenares de cuerpos desnudos una forma de arte, como sociedad será mejor reservarnos los comentarios.

La comunidad artística participa en la contemporaneidad de la técnica de pintura con vino tinto, por lo que resulta oportuno estacionar nombres como Hella Noel, Rufina Santana, Marion Codner, Marcelo Daldoce y Luis Casanova Sorolla como algunos exponentes de esta técnica de representación enófila. Otra expositora, Victoria Febrer, realiza impresiones de sus pinturas con una técnica que ella llama “Vinografías”, consistente en impresiones mecánicas, utilizando como tinta la sabia savia extraída de las uvas.

Bastaría con imaginar la experiencia: Acompañado de una copa de vino transparente, de boca redondeada y con aproximadamente un tercio de contenido de un mágico, dinámico y traslúcido tono carmín, nos topamos con un lienzo virgen, que anhelante suspira por contacto con los finos acabados del pincel repleto de color, que cual director de orquesta, es magistralmente conducido con la firme intención de redactar un poema visual con degradados, formas y texturas que habite para siempre en el papel. Un conjunto de acciones concatenadas en una sincronía inusual: Sabor y apreciación; danza del pincel, cariñosamente compartida en un violáceo beso con toques de frambuesa, en un bastidor bañado de luz. Y como fruto de esta unión, una figura naciente habla con elocuencia, con la calma de esperar a su familia, que reunida viajará tras la conquista de los ojos más diversos. Observar y saborear: Un sorbo de vino minúsculo, casi imperceptible. Un beso sella la alianza con el vino: elemental materia de creación e inspiración. Una cepa diferente, original.

De nuevo bebe el pincel, se refresca la memoria, hablando una lengua que no conoce más que el personaje de quien es una extensión. Por un lado el vino como compañía del pintor, por el otro sus hermanos, habitantes de pequeños recipientes preparados previamente, cual orquesta que si no viviente, insta a los sentidos a vivir.

En fin. Sabemos de las cualidades del vino, de los beneficios que otorga su disfrute, tanto sensoriales como saludables; pero sin duda concordamos en la siguiente afirmación: Aún hay más por descubrir.





(prohibida su reproducción total o parcial: Artículo aún virgen)

martes, 3 de febrero de 2009

Me encanta Dios (Sabines)

Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio.
A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente, pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien; pero eso a él no le preocupa mucho: Nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Bing Bang, pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los anbióticos- ¡Bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira.
Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre esta de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mi me gusta, a mi me encanta Dios.

Que Dios bendiga a Dios.

- Jaime Sabines
1926 - 1999

CHINGUASPUL

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