sábado, 24 de febrero de 2007

A veces la boca no es otra cosa que una herida
abierta, arroja; inconsciente, fluídos vitales,
porque las palabras no deben tirarse.
Supura frases cuyas letras y espacios duelen,
y que aparte de todo hieren.

Cuando está cerrada en algunas personas
denota cicatriz, daños inflingidos
y sobre todo experiencia.

Pero es un arma peligrosa,
y un recurso poderoso.

Por eso escribo: Me gustan las palabras.

Gracias, Pablo

Junto con una disculpa innecesaria, agrego de nuevo música silenciosa ajena.


Oda a la crítica
(PabloNeruda)

Yo escribí cinco versos
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero, una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso
era corto como un relámpago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura,
y bien los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera,
y con tan poca cosa, construyeron paredes,
pisos, sueños.

En una línea de mi poesía
secaron ropa al viento,
comieron mis palabras,
las guardaron junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado,
entonces llegó un crítico, mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros,
otros llegaron ciegos
o llenos de ojos,
elegantes algunos,
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente vestidos de cadáveres,
algunos partidarios del rey
y su elevada monarquía,
otros se habían enredado en
la frente de Marx
y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
sencillamente ingleses,
y entre todos,
se lanzaron con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron,
a disputar mi pobre poesía,
a las sencillas gentes que la amaban.

Y la hicieron embudos, la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron,
con suave beningnidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron,
y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron un pequeño paquete,
que destinaron cuidadosamente a sus desvanes,
a sus cementerios,
luego se retiraron,
uno a uno,
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante popular
para ellos,
o indignados de dulce menosprecio,
por mi ordinaria falta de tinieblas.

Se retiraron, todos,
y entonces, otra vez,
junto a mi poesía,
volvieron a vivir mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz,
y en el amor,
unieron relámpago y anillo.

Y ahora perdonadme señores
que interrumpa
este cuento que les estoy contando,
y me vaya a vivir para siempre con la gente sencilla.

lunes, 12 de febrero de 2007

Es una idea....

Es sólo una idea, una ocurrencia (ojalá pudiera obviar la escritura digital y plasmar el pensamiento); creo que hay personas que sin saberlo (y es mejor así) cargan con el valor, la moral, y la felicidad de muchas personas. Atención: Veo que no lo has notado, pero muchas personas te envidian, eres una persona cuya presencia provoca cariño, cuyas palabras reconfortan y cuya idea resulta ejemplar.
Eres grande, eres mi César, mi idea de entereza, mi meta de desarrollo y aplicación. No lo sabías, pero tras de ti cuelga una fuerte cuerda que guía los pasos de muchos amigos, familiares, conocidos y extraños. Donde pises pisarán, donde rías, sonreirán divertidos, al descubrir el motivo de tu repentina, particular y sonora alegría. Ya lo sabes: eres ejemplar, lo cual no es un peso, y es -sí- una responsabilidad. Ríes porque quieres, lloras cuando te invaden los pesares. Caminas, tropiezas y la cuerda no está floja. Aquí estamos nosotros; no caerás.
No te pedimos que seas perfecta-perfecto, sé tú misma-mismo. Eres una cima,
una sima y un remolino, eres pasión, entrega y un camino.
Esto sí lo sabes: como todos tienes el esbozo de un destino. Hoy fue tu camino -mi destino- ver, apreciar tu encuentro y sentir con tu luz, lo sé porque te vi, te escuché y te percibí, porque

Tal vez hoy fue mi destino encontrarte, decirte... que eres importante para mí. Muchas gracias.

Por cierto, corrijo: No era simplemente una idea. Es un reconocimiento.

La luna (Jaime Sabines)

No soy experto en poesía, erudito en el tema o ferviente apasionado de las letras (nomás apasionado). A veces agrego poesías que me gustan para compartir, de la misma forma que regalaría un soberbio amanecer, quizá una espectacular vista o belleza regalada en el color de una flor. Las poesías que aquí adjunto son un regalo.


La luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas

sábado, 3 de febrero de 2007

No quiero palabras desafinadas en bocas amistosas.

En la tranquilidad de cualquier soleado-oscuro-nublado o claro día, tus sensibles oídos te notifican la descorazonadora habladuría que viaja a través de una boca amistosa:

- Alguien dijo "esto" de ti.
Después de la inobjetable curiosidad que se despertó, se enciende brevemente la temible luz preventiva: Cuidado. De nuevo una de esas terribles ocasiones en que tu yo interior advierte al yo-práctico, sobre los riesgos que conlleva continuar en las indagaciones, en SABER quién y qué dijeron(o al revés).
El Porqué y cómo permanecerán quizá como interrogantes, probablemente acompañados del "quién", ya que improbablemente conocerás la respuesta de todas las cuestiones expresadas ya.

Aún así, ignoras la señal y preguntas.

- Resulta, mi estimado(a), que Don Fulano dijo que tú hiciste tal acción u omisión, le dijo a Perengana que fue por las razones que te acabo de platicar. ¿Es verdad...?

El cliché viene a tu mente: "Sientes y escuchas que el corazón se queja"; la sangre se agolpa en la vena de tu frente, y la prominente línea que en los momentos de tensión cruza tu frente, brilla en todo su esplendor. No me enojé, pero sí me molesta, dices, ante la incrédula mirada de tu interlocutor(y el "te lo dije" de tu conciencia). - aunque la realidad es que sí te hace enojar...

Siempre es doloroso recordar pericos desafinados que vuelan sobre uno; sus voces tergiversadas por la opacidad de las ventanas exteriores de tu vida: desde la cómoda subjetividad en la que reposan, vigilantes, algunas personas.

Ojalá, piensas, se atraganten con sus palabras, y el repentino y desagradable susto les recuerde que la vida es muy corta para opinarla: Hay que vivirla en primera persona.

CHINGUASPUL

CHINGUASPUL