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Jaja estoy sorprendido porque hasta hoy he colocado 31 diferentes escritos ajenos y propios en este espacio generado gracias a blogspot y mi inquietud de compartir un poco de la complicada cabeza que corona mi fugaz cuerpo.

No tengo intenciones de escribir de manera adornada con frases y palabras dizque "elevadas", pero me da gusto tener recuerdos recientes de mis impresiones de días y sentimientos anteriores a hoy.

Escribo porque tengo ganas de hablar: porque tengo opiniones y fundamentos sobre cosas cuyas preguntas tal vez nunca veo. Porque -afortunado yo- cuento con muchos amigos que me apoyan, personas que quiero mucho con reciprocidad, mucha gente por conocer y un criterio formado íntegramente por cosas de las que estoy convencido. Como dice Silvio Rodríguez: "Si alguien roba comida y después da la vida,¿Qué hacer?:¿Hasta dónde podemos practicar las verdades?...

Las respuestas que corresponden a las preguntas fundamentales que cuando llega la hora nos hacemos todos, se responden de diferente forma según las circunstancias y los valores de cada quien: Por mi parte, doy una breve guía de un tipo con actitud d feliz:

Cuando te sientes mal puede ser, en resumidos términos, por mala salud de alma, cuarpo o conciencia-inteligencia. Cualquier día me doy cuenta de que estoy mal, me siento incómodo, con dolor de cabeza o cansado de abrir los ojos en una cíclica repetición de fallas. Y es sencillo: Si tengo mucho estrés, hago algo que me desestrese (escucho buena música, me voy solo o con alguien a quien quiera a platicar, a pasear, al cine o lo que sea); Si tengo mala salud del cuerpo, busco la solución (aunque confesaré que me cuido poco y eso está MUUY mal hecho); y cuando siento que estoy mal en cuanto a la conciencia-inteligencia, busco las soluciones pertinentes. Mucha gente me llamará mocho o con apelativos relativos; pero un tipo que tiene gente que le quiere y él quiere (incluso gente que él quiere y aún no le quieren,jaja...); una persona que goza de salud relativa (una salud absoluta sólo viviendo en una burbuja libre de gérmenes); y alguien que goza de tranquilidad de espíritu no tiene motivos de aflicción.

Es decir: Tranquilamente me acepto con mis millones de defectos y fallas, mi par de aciertos diarios y las cosas que no me merezco y tengo, junto con las que me he ganado y por las que trabajo. Conozco mis limitaciones y mis capacidades: Nomás me falta echarle ganas a las cosas para ser feliz.

¿Qué no...?



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