viernes, 8 de agosto de 2025

 A veces el problema no es el enojo, es lo que hacemos con él

He estado pensando en esto.
No tiene que ver con si somos de los que perdonan rápido o de los que hacen caras por tres días seguidos.
Tiene que ver con otra cosa:
Con ese momento en que algo nos aprieta por dentro… y en vez de detenernos, disparamos.

Porque a veces no es lo que sentimos, sino lo que hacemos con eso.

Está bien enojarse.
No somos robots, ni monjes zen flotando sobre una nube de lavanda.
El enojo es real, necesario, incluso saludable cuando se encausa.
El problema no es sentirlo, el problema empieza cuando usamos lo que sabemos… para herir.

Cuando tomamos eso que el otro nos compartió desde la confianza —su miedo, su herida, su punto débil—
y lo lanzamos como flecha en plena discusión.
Eso ya no es enojo.
Eso es ego con esteroides.
Eso es usar el amor como arma.

Y no me vengas con la de “es que estaba enojado/a”.
Estar enojado te da permiso de sentir, no de destruir.

No es que tengamos que ser perfectos, no se trata de vivir entre algodones emocionales.
Se trata de elegir no usar la voz para romper,
de no gritar desde el rincón donde antes besábamos.
Se trata de tener el coraje de respirar antes de explotar.

Porque si cada vez que discutimos nos decimos cosas que no se olvidan…
¿qué estamos construyendo?

Hay que entender algo:
una disculpa puede aliviar,
pero no siempre reconstruye.
Y cuando el patrón se repite,
ya no es enojo… es hábito.

Amar también es sostenerse cuando quema.
Cuidar incluso cuando no estás de acuerdo.
Es no soltar el respeto, aunque el impulso te diga que lo hagas.

Así que sí, se vale enojarse.
Lo que no se vale…
es usar eso que aprendiste del otro cuando amabas,
para intentar ganarle cuando estás herido.

Porque entonces, lo que estás cuidando no es la relación,
es tu ego.

Y el ego no quiere sanar.
El ego quiere tener la razón.

miércoles, 6 de agosto de 2025

Para empezar (Leonel García)

¿Qué más me da? Me preguntas qué es lo que nos queda por salvar Que para qué quiero regresar ¿Qué importa ya? Se han roto mil cosas que no quieres arreglar Quieres encontrar otro lugar Pero al menos quiero contestar Por qué no me rindo Quiero verte una vez más Para empezar Haces que este mundo sea un mejor lugar Cuando hablas, llenas todo de verdad Y haces que me olvide de la soledad Para empezar Nunca quise envejecer con nadie más Y no sé qué va a pasarme si te vas Solo sé que quiero estar en donde estás Nos fue muy mal Los buenos momentos empezaron a faltar Luego comenzamos a dudar Me asusté y no te puede parar Pero ni un segundo te he dejado de extrañar Para empezar Haces que este mundo sea un mejor lugar Cuando hablas llenas todo de verdad Y haces que me olvide de la soledad Para empezar Nunca quise envejecer con nadie más Y no sé qué va a pasarme si te vas Solo sé que quiero estar en donde estás Para empezar Haces que este mundo sea un mejor lugar Cuando hablas, llenas todo de verdad Y haces que me olvide de la soledad... Para empezar... Esto tiene que terminar.

miércoles, 25 de junio de 2025

Pero yo sí.

Me gusta creer que quizá sí te enamoraste, y que ríes de mis chistes y cómo te abrazo, sí. Que vives en paz en mi pecho y que puedo refugiarme en ti. (sin juicios ni temor) Me gusta pensar que me quieres que piensas en mí Y que no me hieres. Me gusta creer que más que como yo Crees en mí. Y me apoyas y me defiendes. No de los demás: Sino de ti misma y de lo que no eres. Me gusta creer que sí. Y lo creo. Y te quiero. Aunque me digas otra vez no, adiós Y otra vez… No. [Pero yo sí]

sábado, 23 de noviembre de 2024

El viaje para adentro, para atrás y para ninguna parte.

¿Has escuchado que hay dos tipos de personas? A quienes es gusta o no el Café. Las personas que duermen tarde o no, quienes son deportistas y quienes no. Y podríamos continuar así con ejemplos, anécdotas e historias. Un día descubrí que en realidad SÍ hay dos tipos de personas. Y de haberlo sabido, mi vida ahabría sido TOTALMENTE distinta. Te voy a hacer una confesión: Siempre he sido MUY optimista. Suelo decir que todo pasa por algo, y muchas veces he contado la historia de que no sabemos; quizá si en el pasado hubiésemos cambiado algo, probablemente habríamos sido atropellados hace ya varios años, y una oxidada cruz estaría plantada en memoria nuestra, siendo ignorada por millones de automovilistas todos los días. Digo que suelo decirlo, pero... Es mentira. La verdad es que no siempre creo en eso. La repito tal vez porque suena bien, porque da tranquilidad y me ayuda a poner una sonrisa aunque las cosas se estén desmoronando. Pero hay días... pesados, donde la idea de que "todo pasa por algo" me parece una burla. Días en los que pienso: ¿De verdad todo tiene un propósito? ¿O simplemente nos aferramos a esa idea para darle sentido a lo que no lo tiene? Positivismo tóxico detectado. Ahí es donde entra este pensamiento: Los dos tipos de personas no tienen nada que ver con el café, con ser optimistas o pesimistas, ni con ser deportistas o sedentarios. No, los dos tipos de personas son los que deciden y los que esperan. Déjame explicarme: hay quienes toman las riendas de su vida, aunque no sepan exactamente a dónde van. No se quedan esperando el momento perfecto, porque saben que nunca llegará. Esas personas avanzan, tropiezan, se caen y, a veces, vuelven a tropezar con la misma piedra. Pero, aún así, siguen moviéndose. Y luego están los otros. Los que esperan. Los que se convencen de que mañana será mejor, de que necesitan más tiempo, más preparación, más dinero, más algo. Los que miran el reloj con la esperanza de que el momento adecuado aparezca mágicamente. Y lo más curioso de todo esto es que durante años, yo pensé que era del primer grupo. Creía que era de los que decidían. Pero, en realidad, me pasé mucho tiempo esperando. Esperando que las cosas cambiaran, que alguien me diera permiso, que el miedo desapareciera por completo. Lo entendí un día cualquiera, sin señales, sin fanfarrias. Solo me cayó el veinte. Y desde entonces, he intentado vivir de forma distinta. Porque ahora sé que las cosas no pasan por algo... Las cosas pasan porque tú decides hacer que pasen.

martes, 27 de octubre de 2020

Orbito cerca de ti maravillado con la emisión de luz que proyectas: Mi alma baila cuando sonríes. Es el sonido de tu risa la energía que hace girar a los planetas, lo sé. Y lo peor es que yo me fui y te extraño.
Me gustan mucho las galletas ME gusta 31 minutos Me gusta la hermana de un amigo Me apasiona el diseño Me inspiran las emociones Me gusta decir que me gustaba Paola pero no me gustó realmente, la polola. Me gusta mi familia me gusta el frío. me gusta el agua, cuando sumido, no respiro. Me gusta nadar, y me gusta cansarme. Me gusta cantar, y no tanto escucharme. Me gusta llorar, me gusta que alivie. Me gusta sentir llover: Cuando llueve. Me gusta mi esposa, y me gusta mi nena. Me gusta el futuro, me gusta que ahí viene. ¿Me asusta? Asusta seguir, igual inmanente y perenne. Me gustan los cambios: me gusta lo verde. Me gusta crecer, aunque a veces nos duele. Me gusta ser yo, y me gusta saber que puedo ser mucho más cada vez. Mucho mejor. Sí.

LAS COSAS QUE NO ME INTERESAN (Escrito en 2007)

Lo que menos me importa. Una lista de cosas que no me importan obviamente no es importante mas sí interesante. Inicio este ejercicio a manera de simple expresión personal de mis ideas. Se trata de escribir diez cosas que no me interesan, a fin de detonar progresivamente la creatividad literaria de este personajo, que en compañía de la niñawena haré en este semestre. Comencemos: 1.No me importa la vida personal de las personas de la farándula. No me interesa saber quiénes andan con quiénes o porqué tal persona se divorció de cuál. 2.No me interesa la vida sexual o personal de los demás. Que cada quien haga de su culo un papalote, dice mi madre. 3.Tampoco me importa que me digan mocho o lo que sea. Soy feliz, jaja. 4.No me interesa la gente que busca demostrar su superioridad. ¿Quién les dijo que son pequeños? Me gusta más bien cuando sorprendido abro los ojos con sus pláticas presuntuosas, y aburrido deposito mi atención en el interesantísimo y estrambótico mundo que habita en mi bebida. (No me interesa pasar el tiempo con las personas que no lo merecen.) 5.No me interesa saber cuánto ganas, qué compraste o cuánto te costó. ¿Eres feliz? Aplausos. 6.No me atrae “aprovechar mi juventud” o “disfrutar de la vida” como dice mucha gente; me interesa vivir, pensar, disfrutar, aprender y divertirme a mi manera. 7.No me interesa saber qué opinas de la Iglesia ni el gobierno; partidos organizaciones y personas. Me interesan las propuestas y las ganas, aunque respeto tu opinión. 8.Me aburre desperdiciar el tiempo viendo vivir a otros: La tv. 9.Y no me importa naaadaaaaa... Me gusta esa canción. 10.No me interesa el fin del mundo, ya vendrá y estaré preparado. 11.No me importa que sean once :0) Seguramente quedarán muchas cosas que no me interesa, pero disculpen ustedes, cosas: Permanezcan invisibles y prometo hacer lo propio.

CHINGUASPUL

CHINGUASPUL